Se pueden destacar diversas corrientes como las neobizantinas, neomudéjar y neobarrocas, aunque la que más auge tuvo fue la neogótica, practicada en las islas británicas, la cual se basaba, como bien indica su nombre, en un nuevo gótico resucitado. Entre las edificaciones realizadas según este estilo destaca el Parlamento Británico, proyectado por A. W. Pugin (1812-1852) y Charles Barry (1795-1860). También tuvieron mucha importancia algunas variantes orientales, como el neogótico-indio, del que es un ejemplo el Pabellón Real de Brighton, obra de John Nash (1752-1835). En España, destacó la corriente neomudéjar, como expresión de un estilo propio y nacional. Aparte del neogótico, neobizantino o neobarroco, podemos encontrar neorenacentista, neogriego, Georgian, neoclásico, neoegipcio y neorománico.
En las artes iberoamericanas de finales del xix, debido a ese nacionalismo que sacó a escena el Romanticismo, se observa el afán por encontrar la "identidad nacional". En cuanto a la arquitectura esto tuvo su reflejo gracias al historicismo. La arquitectura historicista en Iberoamérica intentó imitar la arquitectura prehispánica y reinterpretarla siguiendo los cánones contemporáneos de la era o época.